lunes, 28 de mayo de 2012

Espacio literario...


Un amigo de mi espíritu

Oye pequeño duende... dueño de la noche
¿Que tal tu botín y ese cofre de oro?
Parece que el arco iris no ha terminado de nacer aún,
¿O será que la lluvia dibuja espejos en la realidad?
Dime que será, duende, dime que será.
Tu color desaparece, como lo hace el sol
Tú no mientes al viajero, tú no causas su dolor
Los que mueren en el bosque, no mueren por vos
Cuéntame otra vez la historia de tu hermano
El duende aquel, que luchó en la guerra y falleció
Cuéntame otra vez de aquel místico paisaje
Ese que sorprendió a tus ojos despistados
Ese que anunció la belleza primitiva de tu ser
Por alguna razón no corrí la misma suerte
Por alguna razón me senté a oír su voz
Junto al fuego profundo de la paciencia
No temí por su figura o por su hablar
Creo que sentí la presencia de la libertad.
No sabía que me aguardaba la oscuridad
No sabia que hacer, no sabia que pensar
No sabia si huir, o simplemente escuchar
Pero me quedé callado, olvidando lo demás.
A través del fuego miraba sus ojos azules
Que penetraban mi alma con canciones
Me hablaba del viento y yo nadaba
Me hablaba de la tierra y yo vivía
Me hablaba del agua y yo volaba
Fue mi mentor en aquel tiempo de calma
Existen tantos cuentos de mi duende
Han buscado por los bosques de la tierra
Han quebrado leyes de fronteras
Han buscado el oro al fin del arco iris
Mi duende esta sólo, con frío y triste
Su fuego se apagó, su bosque se ha enojado
Está sentado sobre sueños, ni rocas han quedado
Mi espíritu se ha cansado, me atacan muy seguido
Quieren abrirlo y encontrarte amigo
Quieren que les des el mapa del tesoro
Pero no temas, puedes estar tranquilo
No soy de ser violento, no mato seres vivos
Pero nadie toca mi ser, nadie toca mi delirio
Mi interior es solo mío, no hay fuerza que lo alcance
Prefiero morir, antes que alguien lo derribe
Prefiero viajar al cielo, de la mano con vos
Que seguir viviendo sin sentir amor. 

Ramiro Irrazabal. 

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